Su aparición está vinculada a una producción insuficiente de los neurotransmisores dopamina y noradrenalina, y se ubica en la clasificación de los trastornos mentales del APA (Asociación Americana de Psiquiatría), en el apartado de trastornos por déficit de atención y comportamiento perturbador (DSM IV, cuarta edición del manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, 1994).
Como trastorno, el TDAH tienen un marcado origen neurobiológico, y en el 80% de los casos su causa es genética (es decir, tres de cada cuatro diagnósticos vienen dados por herencia materna o paterna) aunque también pueden influir -en menor medida- aspectos como pueden ser: problemas en el embarazo, bajo peso al nacer, consumo de tabaco durante la gestación o un entorno psicosocial adverso durante la infancia.
Aunque la mayoría asocien la hiperactividad o el déficit de atención a un problema específico de niños y adolescentes, esa mayoría, también desconoce que aproximadamente el 50% de esos niños lo continuarán siendo una vez iniciada la etapa adulta. De ahí la necesidad y la importancia que tiene poder tener un diagnóstico precoz, ya que el sentimiento de frustración y la baja autoestima que genera este trastorno da paso a comorbilidades tales como la depresión, los trastornos en la conducta, los trastornos afectivos y el abuso de sustancias tóxicas.
El TDAH en adultos -al igual que en los niños- se trata con terapia multimodal, que integra el tratamiento farmacológico (principalmente con metilfenidato) y la intervención cognitivo conductual, pero presenta mucho más dificultades por las malas costumbres adquiridas con el paso de los años y el hecho de que a parte del trastorno por déficit e hiperactividad hay que lidiar con los posibles "daños colaterales" antes mencionados.
Algunas de las características que suelen presentarse en los adultos con TDAH son:
Como trastorno, el TDAH tienen un marcado origen neurobiológico, y en el 80% de los casos su causa es genética (es decir, tres de cada cuatro diagnósticos vienen dados por herencia materna o paterna) aunque también pueden influir -en menor medida- aspectos como pueden ser: problemas en el embarazo, bajo peso al nacer, consumo de tabaco durante la gestación o un entorno psicosocial adverso durante la infancia.
Aunque la mayoría asocien la hiperactividad o el déficit de atención a un problema específico de niños y adolescentes, esa mayoría, también desconoce que aproximadamente el 50% de esos niños lo continuarán siendo una vez iniciada la etapa adulta. De ahí la necesidad y la importancia que tiene poder tener un diagnóstico precoz, ya que el sentimiento de frustración y la baja autoestima que genera este trastorno da paso a comorbilidades tales como la depresión, los trastornos en la conducta, los trastornos afectivos y el abuso de sustancias tóxicas.
El TDAH en adultos -al igual que en los niños- se trata con terapia multimodal, que integra el tratamiento farmacológico (principalmente con metilfenidato) y la intervención cognitivo conductual, pero presenta mucho más dificultades por las malas costumbres adquiridas con el paso de los años y el hecho de que a parte del trastorno por déficit e hiperactividad hay que lidiar con los posibles "daños colaterales" antes mencionados.
Algunas de las características que suelen presentarse en los adultos con TDAH son:
- Son personas "con mucha energía" y "siempre en marcha"
- Hablan excesivamente
- Interrumpen para responder antes de que hayan terminado de formularles la pregunta. Además se entrometen frecuentemente en conversaciones ajenas.
- Son impacientes y presentan dificultades para esperar el turno en situaciones de grupo (se les hace pesado hacer cola en una tienda o en un atasco en la carretera)
- Cometen errores o descuidos en el trabajo, especialmente porque son desorganizados, se distraen fácilmente, o tienen problemas de concentración para aquellas actividades que encuentran aburridas.
- Son personas soñadoras y parece que no escuchan cuando se les habla.
- Suelen empezar muchos proyectos al mismo tiempo, aunque tienen problemas para finalizarlos, entre otras razones por una tendencia constante a aplazar las tareas indeseables hasta el último momento.
- Invierten mucho tiempo al día buscando las llaves, las herramientas, la cartera o la agenda. Además se les tacha de olvidadizos porque con facilidad olvidan nombres o cosas.
- Tienen dificultades para estar sentadas sin moverse o sin juguetear con las manos y los pies. Incluso cuando el TDAH parece estar controlado conscientemente, suelen tener todavía dificultades para estar sentados en una silla o estar tumbados en la cama. Además sus parejas suelen comentarles que se mueven excesivamente mientras duermen
Si sospechas que puede ser tu caso, no dudes en consultarlo con tu médico o en muchas de las webs y asociaciones que actualmente existen y que trabajan para que el TDAH en adultos deje ser un tabú del que avergonzarse.
(Fuentes: feaadah. Fundación Adana, Fundación Cadah, Tdahytu.es)